Según la Organización Mundial de la Salud (2025), la salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas enfrentarse a los momentos estresantes de la vida, desarrollar sus habilidades, poder aprender y trabajar de forma adecuada y contribuir a la mejora de su comunidad. Es esencial para tomar decisiones, establecer relaciones y dar forma al mundo en el que vivimos. Además, es importante saber que la salud mental es un derecho fundamental. La salud mental no es la ausencia de trastornos mentales. Las personas que padecen afecciones de salud mental tienen más probabilidad de presentar niveles más bajos de bienestar mental.
Se producen 3 millones de muertes anuales en el mundo debido al consumo nocivo de alcohol, lo que representa un 5,3% de todas las defunciones (Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, 2024).
Es importante abordar el impacto del alcoholismo en la salud mental porque el alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida por la población española adulta. De hecho, el 92,9% de la población de 15 a 64 años confirma haber consumido bebidas alcohólicas alguna vez en la vida (Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, 2024). Además, la edad de inicio del consumo se encuentra en 13,9 años (Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, 2023).
Relación entre alcoholismo y salud mental
La presencia de trastornos mentales puede contribuir al desarrollo del abuso de alcohol y modificar el curso del trastorno adictivo. Hay evidencia de que el trastorno de personalidad antisocial aumenta la probabilidad de una ingesta alcohólica excesiva, que la depresión complica el tratamiento del alcoholismo y que algunos síntomas psiquiátricos aparecen en el curso de una intoxicación crónica por alcohol. Además, el consumo persistente de alcohol puede llevar a la depresión, la ansiedad, trastornos de la personalidad y psicosis alcohólica (Rivas Acuña et al., 2016).
Otro aspecto importante a tener en cuenta es el Delirium Tremens, un trastorno atribuido al abuso excesivo de alcohol que aparece tras 48-72 horas del cese abrupto de alcohol en personas adictas, pudiendo durar hasta 5 días. Se trata de un fenómeno neurofisiológico y metabólico que presenta los siguientes síntomas: confusión mental profunda, hiperactividad autonómica, delirios, alucinaciones y colapso cardiovascular que puede causar la muerte (Mirijello et al.,2015; Rahman y Paul, 2023). Es un trastorno con alto riesgo, al presentar una mortalidad de hasta el 37% si no se ofrece un tratamiento adecuado de forma inmediata.
Efectos neurobiológicos del alcoholismo en la salud mental
El consumo repetido de alcohol provoca un daño significativo en los neurotransmisores y en los circuitos cerebrales involucrados en el sistema de motivación-recompensa, afectando la liberación y recepción de dopamina, un neurotransmisor clave en la sensación de placer. Este sistema, compuesto por el área tegmental ventral (ATV) y el núcleo accumbens (NAc), se activa de manera natural ante reforzadores esenciales para la supervivencia, como la comida y el sexo. Sin embargo, el alcohol causa una activación mucho más intensa y prolongada, superando la capacidad de los reforzadores naturales y provocando una estimulación artificial del placer. Esto genera alteraciones en la memoria, la toma de decisiones y el control de los impulsos, ya que la corteza prefrontal, responsable de estas funciones, se ve afectada por los cambios en la liberación de neurotransmisores como el glutamato, el GABA y la acetilcolina (Méndez Díaz et al., 2010).
Impacto social y emocional del alcoholismo
El alcoholismo no es solo un trastorno, sino que también trae consigo diversos problemas médicos y comunitarios asociados, en los ámbitos individual, familiar y social (Medina-Mora et al., 2001).
El deterioro social en personas alcohólicas es una de las consecuencias más graves del consumo problemático de alcohol, ya que impacta tanto al individuo, como a su entorno familiar, laboral y comunitario. La intoxicación frecuente puede generar conductas violentas, incumplimiento de responsabilidades y deterioro en las relaciones interpersonales (American Psychiatric Association, 2013), lo que conlleva conflictos familiares intensos, pérdida del empleo y accidentes tanto en el ámbito laboral como de tráfico.
En el hogar, la convivencia suele ser difícil y conflictiva, afectando a los familiares, quienes pueden experimentar inseguridad, desamparo y falta de confianza, además de ser víctimas de maltrato (sobre todo mujeres y niños). A nivel comunitario, el alcoholismo también provoca la exclusión del individuo de actividades sociales y profesionales, ya que el consumo excesivo conlleva el abandono de compromisos fundamentales, debilitando su integración en la sociedad (Pérez Pérez, 2007).
A pesar de las consecuencias evidentes, muchas personas continúan consumiendo alcohol, incluso cuando experimentan problemas interpersonales y dificultades económicas. En este sentido, el alcoholismo no solo deteriora la salud física y mental del individuo, sino que también compromete la estabilidad y el bienestar de su entorno, generando un impacto social de gran magnitud.
Importancia de la psicoterapia en el tratamiento del alcoholismo
El tratamiento del alcoholismo requiere un enfoque integral en el que la psicoterapia desempeña un papel fundamental. La adicción al alcohol no solo afecta la salud física del individuo, sino que también genera alteraciones emocionales, cognitivas y sociales que dificultan su recuperación. En este contexto, la intervención psicológica es clave para abordar las causas subyacentes del consumo, modificar patrones de pensamiento y conducta asociados a la adicción, y brindar herramientas que permitan al paciente manejar el deseo de beber y prevenir recaídas.
Es muy importante que el profesional de la psicología que atiende a personas con alcoholismo esté especializado en esta problemática, ya que su conocimiento y formación específica le permiten comprender mejor la complejidad del trastorno y diseñar estrategias terapéuticas eficaces e individualizadas.
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Bibliografía
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Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones. (2024). Monografía alcohol 2024. Consumo y consecuencias. Ministerio de Sanidad, Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas.
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